«Amado Dios, al reflexionar sobre los días pasados de Navidad, nos reunimos en oración para expresarte nuestra más profunda gratitud. Gracias, Señor, por la bendición de haber celebrado otra Navidad en la compañía de nuestra familia, por los momentos de alegría compartida, las risas, el amor y la unidad que hemos experimentado juntos.
Te agradecemos por cada miembro de nuestra familia, por su salud, su presencia y su amor. Gracias por los alimentos que disfrutamos, por el techo que nos cobija y por la calidez de nuestro hogar. En estos momentos de unión, hemos sentido más cerca tu amor y tu gracia, y nos has recordado lo valioso de cada instante juntos.
Te pedimos que continúes bendiciendo a nuestras familias, fortaleciendo los lazos que nos unen y guiándonos en el camino del amor y la comprensión mutua. Que el espíritu de la Navidad, que es el espíritu de tu amor encarnado en Jesús, permanezca en nuestros corazones durante todo el año.
Amén.»
Reflexión
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy, al reflexionar sobre nuestra oración de agradecimiento por la Navidad que hemos compartido en familia, me siento impulsado a hablarles desde lo más profundo de mi corazón.
En nuestra oración, hemos dado gracias por la alegría y el amor compartidos durante la Navidad. Personalmente, cada Navidad me recuerda las sencillas alegrías de la vida, los momentos de risa y conversación, los gestos de amor y el regalo de estar juntos. Es un tiempo que refleja el amor de Dios en nuestras vidas, un amor que nos une y nos fortalece. Hemos pedido también por la continuidad de estas bendiciones.
En mi experiencia, he aprendido que la Navidad no es solo un momento en el calendario, sino un estado del corazón, una oportunidad para recordar y vivir los valores que Jesús nos enseñó. Nos recuerda que, en cada gesto de amor y en cada momento compartido, estamos viviendo el Evangelio.
«Que el agradecimiento que sentimos por estos momentos en familia nos inspire a llevar el amor y la unidad de la Navidad en todo lo que hacemos, cada día del año.»
Que el recuerdo de esta Navidad sea para cada uno de ustedes una fuente de alegría y gratitud, y que el amor que hemos compartido sea un reflejo del amor de Dios en nuestras vidas.
Que estas palabras les alienten a valorar y agradecer los momentos compartidos en familia, recordándoles que en cada reunión y cada celebración, experimentamos un poco del amor y la alegría que Dios desea para cada uno de nosotros.
Amén.
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