«Padre Celestial, al concluir este día, 19 de marzo, me postro ante Ti en oración, buscando el refugio y la paz que solo Tú puedes ofrecer. En esta noche, deseo reflexionar sobre el tema de la «Paz Interior». En el libro de Juan, Jesús nos dice: «La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden» (Juan 14:27).
Señor, en un mundo lleno de ruido, de prisa y de preocupaciones, es fácil perder de vista esa paz que Tú ofreces, una paz que trasciende todo entendimiento y que guarda nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús. Ayúdame a encontrar esa paz en el silencio de esta noche, a soltar las cargas del día que termina y a confiar en que Tú tienes el control de mi vida.
Te pido por aquellos que se sienten inquietos, por los que luchan contra la ansiedad y el miedo. Que puedan experimentar Tu presencia consoladora, recordando que no están solos, que Tú eres su paz. Ayúdanos a construir nuestra vida sobre la roca firme de Tu amor y Tu palabra, para que, sin importar las tormentas que puedan venir, nuestra paz interior permanezca inquebrantable.
Que esta noche sea un tiempo de renovación y fortaleza, un momento para recordar que nuestra verdadera paz viene de seguirte a Ti y de vivir según tus enseñanzas. Que al despertar mañana, lo hagamos renovados, listos para ser instrumentos de tu paz en el mundo.
En el nombre de Jesús,
Amén.»
«En el silencio de Dios, encontramos la paz que nuestro corazón anhela»
Reflexión: Encontrando Paz en el Silencio de Dios
Queridos hermanos y hermanas, al reunirnos en la tranquilidad de esta noche, quiero compartir con ustedes algunas reflexiones sobre un regalo precioso que Dios nos ofrece y que, en el ajetreo de nuestro día a día, a veces olvidamos buscar: la paz interior.
Vivimos en un mundo que parece girar cada vez más rápido, lleno de desafíos, de decisiones que tomar, de preocupaciones por el futuro. En medio de todo esto, Jesús nos ofrece una invitación: «La paz les dejo, mi paz les doy». Pero, ¿cómo podemos acoger esta paz en nuestras vidas?
La paz que Jesús nos ofrece no es como la paz que el mundo da, no es temporal ni depende de nuestras circunstancias externas. Es una paz que nace de saber que somos amados por Dios, que Él tiene un plan para nosotros y que, pase lo que pase, Él está con nosotros.
Para encontrar esta paz, es esencial que nos tomemos momentos de silencio, momentos para estar solos con Dios, para escuchar Su voz en la oración y en la meditación de Su Palabra. En el silencio, podemos dejar a un lado nuestras preocupaciones y escuchar lo que Dios quiere decirnos, recordando que Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza.
Quiero animarlos, queridos amigos, a buscar esos momentos de silencio con Dios, especialmente cuando se sientan abrumados o inquietos. En esos momentos, recuerden que no están solos, que el Señor es su paz.
Y no solo busquemos la paz para nosotros mismos, sino seamos también portadores de paz para los demás. En nuestras familias, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad, que nuestras palabras y acciones sean reflejo de la paz y el amor que hemos recibido de Dios.
Al finalizar este día, entreguemos nuestras preocupaciones al Señor, confiando en Su cuidado amoroso. Y recordemos que, en el silencio de nuestro corazón, podemos encontrar esa paz profunda y duradera que solo Él puede dar.
Que el Señor les bendiga y les conceda una noche de descanso y paz. Y recuerden, «en el silencio de Dios, encontramos la paz que nuestro corazón anhela».
Amén.
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