«Padre Celestial, al despertar en esta fresca mañana de mayo, me postro ante Ti con un corazón agradecido y expectante. Hoy, quiero dedicar mi oración a la temática de la humildad, esa virtud tan esencial que Jesús manifestó en su vida terrenal. En Filipenses 2:3-4 nos enseñas: «No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás superiores a sí mismos, no buscando cada uno sus propios intereses sino los de los demás.»
Te suplico, Señor, que me ayudes a cultivar un espíritu de humildad en todas mis acciones y relaciones. Que pueda yo, como tu Hijo, no buscar ser servido, sino servir y dar mi vida en amor y servicio a los demás. Ayúdame a reconocer tus bendiciones y a recordar siempre que todo lo bueno en mi vida proviene de Ti. Que esta disposición humilde me guíe en mis interacciones, permitiéndome ser un reflejo de tu amor y compasión.
Fortalece mi voluntad para actuar con gentileza y paciencia, y enséñame a valorar a cada persona que encuentre hoy. Que mi vida sea una continua ofrenda de gratitud y servicio, buscando no solo mis intereses, sino también los de aquellos a mi alrededor.
Amén.»
«Cada acto de humildad es un paso hacia una relación más profunda con Dios y con nuestros hermanos y hermanas en Cristo.»
Reflexión
Buenos días, querida comunidad. Hoy quiero hablarles de una virtud que puede parecer simple, pero que es profundamente transformadora: la humildad. En un mundo que a menudo valora el poder y el éxito visible, la humildad nos invita a tomar un camino diferente, el camino que Jesús escogió y que nos condujo a la salvación.
La humildad nos enseña a mirar más allá de nosotros mismos, a reconocer y celebrar el valor de los demás, y a poner nuestras vidas al servicio de quienes nos rodean. Es en la humildad donde encontramos la verdadera grandeza, no en la acumulación de logros o reconocimientos, sino en la capacidad de amar y servir desinteresadamente.
Hoy les animo a mirar sus vidas y preguntarse cómo pueden practicar la humildad en la vida cotidiana. ¿Cómo pueden poner a los demás primero? ¿Cómo pueden servir mejor a aquellos en necesidad?
Que este día nos inspire a todos a vivir con humildad, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo. Y recuerden, cada acto de humildad es un paso hacia una relación más profunda con Dios y con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Que Dios los bendiga y los acompañe en cada paso del camino.
Amén.
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