«Señor, en este amanecer, nos reunimos en oración para comenzar el día con reflexión y esperanza. Con el inicio del Adviento, nos adentramos en un tiempo de preparación para la Navidad, recordando las enseñanzas y el amor que Jesús trae al mundo.
Inspirados por las lecturas de hoy, queremos centrarnos en la vigilancia y la expectativa activa. En el Evangelio según San Marcos, Jesús nos insta a «velar», recordándonos estar siempre preparados y atentos. En la primera carta de San Pablo a los Corintios, se nos recuerda la gracia y la paz que Dios nos otorga y la firmeza que Jesucristo nos proporciona hasta el final.
Te pedimos, Padre amoroso, que nos ayudes a vivir este día con un sentido de vigilancia y expectación, buscando activamente tu presencia en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Que podamos ser conscientes de tus señales y actuar conforme a tu voluntad, compartiendo tu amor y tu verdad con los demás.
Mientras avanzamos en este día, guía nuestros pensamientos, palabras y acciones. Que podamos ser reflejos de tu amor y tu compasión, llevando luz a las oscuridades y esperanza a los corazones desalentados.
En el nombre de Jesús,
Amén.»
«Que este Adviento sea un tiempo de reflexión y crecimiento espiritual, un período para renovar nuestra fe y preparar nuestros corazones para recibir plenamente el amor y la gracia que Jesús nos ofrece.»
Reflexión
Buenos días a todos.
Querida comunidad, hoy, al comenzar el día, reflexionemos sobre las lecturas y el mensaje que nos traen en este tiempo de Adviento. La lectura de Isaías nos presenta una súplica apasionada a Dios, reconociendo nuestra dependencia de Él y la necesidad de su guía y salvación. El Salmo 79 refuerza esta petición con un llamado a Dios para que restaure y salve a su pueblo.
Estas lecturas nos recuerdan que, en nuestra jornada espiritual, necesitamos constantemente buscar la dirección y el amor de Dios. Nos invitan a reflexionar sobre nuestras vidas, a considerar dónde necesitamos la guía y el toque restaurador de Dios, y a abrir nuestros corazones para recibir su gracia.
En este tiempo de Adviento, se nos invita a ser vigilantes y conscientes, no solo de las necesidades espirituales propias sino también de las necesidades de los demás. Este es un tiempo para preparar nuestros corazones, para reflexionar sobre el amor y el sacrificio de Jesús, y para esperar con alegría su venida.
Que la luz de este nuevo día nos inspire a vivir en vigilancia y amor, recordándonos que cada momento es una oportunidad para acercarnos más a Dios y vivir según sus enseñanzas.
Amén.
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