Oración para alejar el mal de mi vida
«Querido Señor,
Al despertar en este nuevo día, vengo ante Ti con un corazón humilde y lleno de esperanza. Te pido, Señor, que alejes de mi vida todo mal, toda negatividad y toda sombra que quiera opacar Tu luz en mí. Que tu poderosa mano me proteja de las adversidades y de aquellos que buscan hacerme daño.
Señor, Tú que conoces mis luchas y mis miedos, fortaléceme en la fe y dame la sabiduría para reconocer y alejar todo aquello que no proviene de Ti. Que tu Espíritu Santo me envuelva, me guíe y me ilumine, para que cada paso que dé esté en sintonía con Tu voluntad.
Te pido también por aquellos que, sin conocerlo, me desean el mal. Que puedan encontrar en sus corazones el amor y la paz que solo Tú puedes dar. Convierte, Señor, mi vida en un testimonio de Tu amor y bondad, y que cada día pueda ser un reflejo de Tu luz en este mundo.
Te lo pido en el nombre de Jesús, nuestro Salvador y Redentor.
Amén»
Reflexión
¿No os ha pasado alguna vez que os levantáis con esa sensación de que algo no va bien, o que hay algo que os preocupa y no sabéis qué es? A veces, la vida nos pone pruebas que nos hacen sentir vulnerables o rodeados de negatividad. Pero, ¿sabéis qué? No estamos solos en esto. La oración que acabamos de compartir es un recordatorio de que siempre podemos contar con el Señor para alejar todo mal de nuestra vida.
Es como cuando encendemos una vela en medio de la oscuridad. Esa pequeña llama, por diminuta que sea, tiene el poder de iluminar y alejar las sombras. Así es la fe, amigos. Aunque a veces sintamos que las adversidades nos superan, la luz de Dios siempre está ahí para guiarnos y protegernos. Y no solo eso, sino que también nos da la fuerza para orar por aquellos que, quizás sin querer, nos desean el mal.
Así que, la próxima vez que sintáis que el camino se torna difícil o que las sombras os rodean, recordad esta oración. Encended esa «vela» en vuestro corazón y dejad que la luz del Señor os guíe. Porque, al final del día, lo que realmente importa es saber que, pase lo que pase, Él está con nosotros.
«En los momentos de oscuridad, la fe es nuestra vela. Encendámosla y dejemos que ilumine nuestro camino»
Deja una respuesta