«Padre Celestial, en la quietud de esta mañana del 25 de marzo, mientras nos preparamos para entrar en la profundidad de la Semana Santa, deseo dedicar este tiempo a reflexionar sobre el «Servicio Desinteresado». Jesús nos enseñó con su vida el verdadero significado del servicio, como lo refleja el Evangelio de Mateo: «El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28).
Señor, gracias por el supremo ejemplo de amor y sacrificio que nos diste a través de tu Hijo. En esta Semana Santa, inspira mi corazón para seguir sus pasos, buscando no solo ser servido, sino servir a los demás con amor y humildad. Ayúdame a reconocer las oportunidades de servicio en mi vida diaria, especialmente hacia aquellos que son más vulnerables y necesitados.
Te pido que me llenes de tu Espíritu de generosidad, para que pueda ofrecer mi tiempo, mis recursos y mi atención sin esperar nada a cambio. Que mi servicio sea un reflejo de tu amor incondicional y que, a través de mis acciones, otros puedan sentir tu presencia consoladora y amorosa.
En este día, te pido especialmente por aquellos que se encuentran en posiciones de liderazgo y autoridad, dentro y fuera de la Iglesia. Que su servicio esté marcado por la humildad y el deseo genuino de promover el bienestar y la dignidad de cada persona.
Que este día de preparación para la Semana Santa sea también un compromiso renovado de vivir según el modelo de servicio que Jesús nos dejó, para que, en cada acto de servicio desinteresado, tu reino de amor y paz se haga más presente en el mundo.
En el nombre de Jesús,
Amén.»
«En el servicio a los demás, encontramos el verdadero camino hacia la santidad»
Reflexión: El Camino del Servicio: Siguiendo los Pasos de Jesús
Queridos hermanos y hermanas, al amanecer de este día, nos encontramos al umbral de la Semana Santa, un tiempo para recordar, reflexionar y vivir más profundamente el misterio de nuestra fe. Hoy, quiero hablarles sobre un aspecto fundamental del mensaje de Jesús que deseamos encarnar especialmente en esta semana sagrada: el servicio desinteresado.
Jesús, el Maestro y Señor, nos mostró por medio de su vida que la grandeza verdadera no se encuentra en el poder ni en el dominio, sino en el servicio humilde y amoroso hacia los demás. Él, que es Dios, se inclinó para lavar los pies de sus discípulos, nos enseñando que debemos hacer lo mismo los unos con los otros.
En estos días que preceden a la celebración de su Pasión y Resurrección, se nos invita a reflexionar: ¿Cómo estamos sirviendo a los demás en nuestra vida cotidiana? ¿Nuestro servicio busca el reconocimiento o es un reflejo genuino del amor de Cristo?
Servir como Jesús implica mirar más allá de nuestras propias necesidades y comodidades, para ver y responder a las necesidades de los que nos rodean. Significa ofrecer nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestro corazón de manera generosa, especialmente a aquellos que la sociedad a menudo olvida o margina.
Quiero animarlos, queridos amigos, a que esta Semana Santa sea una oportunidad para profundizar en nuestro compromiso de servir a los demás. Que cada acto de servicio, por pequeño que sea, sea una expresión de nuestra gratitud por el amor y el sacrificio de Jesús por nosotros.
Que el Señor nos bendiga y nos fortalezca en nuestro deseo de seguir sus pasos, sirviendo a los demás con amor y humildad.
Y recuerden, queridos hermanos y hermanas, «en el servicio a los demás, encontramos el verdadero camino hacia la santidad». Que este camino de servicio nos lleve más cerca del corazón de Jesús durante esta Semana Santa y siempre.
Amén.
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