«Con la llegada del alba en este 12 de abril, nos ponemos ante Ti, Señor, con corazones llenos de expectativa y gratitud por el don de un nuevo día. Inspirados por la enseñanza de Jesús en Mateo 7:7, ‘Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá’, elevamos nuestras oraciones con fe y confianza en Tu bondad y en Tu infinita capacidad de escuchar y responder a nuestras necesidades.
En este nuevo amanecer, te pedimos la gracia de un corazón persistente y esperanzado, que no desfallece ante los desafíos, sino que sigue buscando Tu rostro en todos los aspectos de nuestra vida. Danos la sabiduría para discernir tus respuestas, que a menudo vienen de maneras inesperadas y nos guían hacia caminos llenos de crecimiento y bendición. Ayúdanos a ser incansables en nuestra búsqueda de justicia, amor y paz, recordándonos que en el acto de pedir, buscar y llamar, estamos desarrollando una relación más profunda y significativa contigo.
Que este día nos vea activos en nuestra fe, no solo esperando pasivamente tus bendiciones, sino participando activamente en la construcción de tu Reino aquí en la tierra.
Que nuestras acciones reflejen nuestro compromiso con el Evangelio, sirviendo a los demás con generosidad y compasión, y siendo luces en la oscuridad para aquellos que buscan esperanza. Concédenos, Señor, la perseverancia para seguir adelante incluso cuando el camino se torna difícil, confiando en que Tú estás con nosotros, abriendo puertas y guiando nuestros pasos hacia el bien mayor.
En el nombre de Jesús,
Amén.»
«Que la luz de este nuevo día nos inspire a buscar con esperanza, a llamar con fe y a servir con amor, recordándonos que en cada paso de nuestra jornada, Dios camina a nuestro lado.»
Reflexión
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, reunidos en la frescura y la promesa de este nuevo día, quiero compartir con ustedes algunas reflexiones desde lo más profundo de mi corazón. La palabra de Jesús que hemos escuchado en nuestra oración matutina, ‘Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá’, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza dinámica y activa de nuestra fe.
En nuestras vidas, es fácil sentirnos desanimados o abrumados por los retos que enfrentamos. Puede ser que, en momentos de dificultad, nos preguntemos si nuestras oraciones son escuchadas. Sin embargo, Jesús nos asegura que el acto de pedir, buscar y llamar no es en vano. Dios escucha cada una de nuestras oraciones y responde a nuestras necesidades con amor y sabiduría, a menudo de maneras que superan nuestra comprensión.
Hoy, os animo a vivir este día y todos los días con una actitud de esperanza y perseverancia. Que nuestra fe no sea pasiva, sino que se manifieste en acciones concretas de amor y servicio hacia los demás. Recordemos que cada gesto de bondad, cada palabra de consuelo, cada acto de justicia, es una manera de buscar el Reino de Dios y su justicia.
Que este nuevo día sea una oportunidad para profundizar nuestra relación con Dios, recordando que Él está siempre cerca, dispuesto a abrirnos las puertas de Su gracia y Su guía. Que en nuestra búsqueda constante, en nuestro llamar persistente, encontremos no solo las respuestas a nuestras oraciones, sino también el camino hacia una vida plena y bendecida en Su presencia.
Y así, mientras salimos hoy al mundo, llevemos con nosotros el mensaje de esperanza y confianza que Jesús nos ofrece. Que seamos testigos de Su amor y Su luz, recordando que en el corazón de nuestra fe está la promesa de que, cuando pedimos, buscamos y llamamos, encontramos a Dios mismo esperándonos con brazos abiertos.
Para concluir nuestra reflexión de esta mañana, les dejo con este pensamiento: «Que la luz de este nuevo día nos inspire a buscar con esperanza, a llamar con fe y a servir con amor, recordándonos que en cada paso de nuestra jornada, Dios camina a nuestro lado.» Que el Señor les bendiga y les acompañe en cada momento de este día. Que tengan una jornada llena de la presencia de Dios, viviendo cada instante con el corazón abierto a Su amor inagotable.
Amén.
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